Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. HEBREOS 12:1
En esta carrera amados(as) hermanos(as) en la que como cristianos evangélicos que decidimos correr, nuestra motivación no debe ser otra que nuestro Señor Jesucristo. Sigamos adelante sin desmayar, teniendo siempre presente que gran galardón tenemos en el cielo.
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